¿Puedes tener problemas si instalas muchas veces Windows en el mismo disco duro?
Pongamos el caso de que compramos un ordenador nuevo, ya sea montado por nosotros mismos o un portátil que venga ya con su sistema operativo. Lo primero que haremos será instalar el sistema operativo (Windows, por ejemplo) en caso de que no venga instalado, configurarlo a nuestro gusto e instalar todos los programas que vayamos a necesitar. Y si todo va bien, no tendremos que tocar de nuevo el sistema operativo en meses, e incluso en años. Sin embargo, ¿qué pasa si por alguna razón tengo que formatear el PC e instalar Windows de nuevo? ¿Y si tengo que formatearlo y reinstalar el sistema operativo muy a menudo?
Seguramente nadie formatee su ordenador e instale Windows desde cero varias veces al día. Ni varias veces al mes. Salvo que tengamos un ordenador que dediquemos exclusivamente a hacer todo tipo de pruebas. Y si nos vemos en la obligación de tener que formatear tanto, es que algo va mal, ya sea a nivel de hardware o de software.
Instalar Windows muchas veces en un disco duro mecánico: problemas
Instalar Windows en un disco duro normal, lo único que nos va a ocasionar es una pérdida de tiempo. Tendremos que dedicar (dependiendo del hardware) en torno a una hora para instalar el sistema operativo y dejarlo listo. Los discos duros convencionales son mucho más lentos que los SSD.
Sin embargo, a cambio de la velocidad, su vida útil es mucho más grande. Nadie se ha preocupado nunca por las veces que escribe y borra datos de un disco duro normal. Estos discos se degradan por el tiempo y por otros factores, normalmente mecánicos. Pero nunca por instalar Windows, por muchas veces al día que lo hagamos.
Los cabezales y lectores de los discos duros normales no tienen nunca contacto con el disco como tal (es todo magnético). No es lo mismo que, por ejemplo, un vinilo. Los discos duros no se dañan por el uso.
Problemas en un SSD al instalar Windows muy a menudo
Con la llegada de los SSD la cosa ha cambiado. Hemos conseguido velocidades de lectura y escritura hasta 30 veces mayores a las de los discos duros convencionales. Sin embargo, hemos sacrificado para ello algo muy importante: la vida útil.
A medida que vamos utilizando un SSD, este va sumando ciclos de lectura y escritura. Después de un cierto número de ciclos, el SSD empezará a fallar, y será cuando se active el modo «solo lectura». Este modo nos servirá para copiar nuestros datos a otra unidad, pero ya no podremos volver a usar el SSD de nuevo nunca más. Una importante medida de seguridad, pero destructiva.
Hoy en día han cambiado mucho los ciclos de vida de los SSD. No tienen nada que ver a los ciclos de vida de hace 10 años. Por poner un ejemplo, uno de los peores SSD que podemos encontrar en el mercado es el Intel 660p QLC. Este tiene una vida útil de 200TBW.
Con esta vida útil, si escribimos una media de 2 TB de datos al año (unas 100 instalaciones de Windows 10), podemos estar hablando de una vida útil de más de 100 años. Además, los SSD no escriben siempre en las mismas celdas, sino que estas se reparten por toda la unidad. Cuando mayor sea el SSD, mayor será su ciclo de vida.
El mismo uso normal de un ordenador (navegar por Internet, instalar programas, jugar, etc) va a generar ciclos de lectura y escritura en el disco. Pero lo dicho, no hay de qué preocuparse.
¿Qué otros problemas pueden aparecer por instalar Windows muy a menudo?
Ha quedado claro que no vamos a romper nuestro disco duro, ni nuestro SSD, por instalar Windows muy a menudo. Aunque si llegamos a hacerlo 5 veces al día, o más, puede que la vida útil del SSD se acorte considerablemente. Y aun así, tendremos SSD para varios años.
Ningún componente se va a estropear por instalar Windows muy a menudo. A la memoria RAM, al procesador, a la gráfica, e incluso a los discos duros, les da igual que instales Windows, que navegues por Internet o que generes una IA. Si se rompe será porque le ha llegado la hora (desgaste, obsolescencia programada, etc), pero no por instalar Windows.
Donde sí podemos encontrar algún problema es a la hora de activar la licencia de Windows, o de otros programas. Cada instalación lleva un ID propio, y por lo tanto, a ojos del servidor parece un equipo diferente. Esto puede hacer, por ejemplo, que Microsoft considere uso fraudulento de la licencia de Windows y la cancele. Y aunque llamemos por teléfono, a ver cómo explicamos al técnico que hemos formateado el PC 5 veces al día durante los últimos 6 meses.
Lo mismo puede ocurrir con cualquier otra licencia. Tantas activaciones diferentes en un periodo de tiempo tan breve no es bueno.
Pero a nivel de hardware, ni siquiera con el peor SSD que podemos comprar hoy en día, vamos a tener problemas.
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Fuente: SoftZone https://ift.tt/2PALAYj Autor: Rubén Velasco