Linux Mint da la espalda a la mejor característica de Ubuntu
Seguro que si alguna vez hemos usado una distro Linux nos hemos topado con uno de sus mayores problemas: las dependencias. Estas dependencias son la razón por la que muchas veces los programas no pueden instalarse, por la que no funcionan, e incluso puede ocurrir que si al instalar un programa se actualiza la dependencia, otros programas pueden dejar de funcionar. Y es que no puede haber dos versiones de una misma dependencia instaladas en un mismo Linux. Un caos. Por suerte, Canonical se propuso acabar con este problema de manera definitiva y, para ello, creó los paquetes Snap.
Las ventajas de los paquetes Snap
Los programas de Linux están diseñados para ser modulares. De esta manera, para ahorrar espacio y optimizar el funcionamiento, si dos programas necesitan una misma librería concreta, en lugar de instalarse dos veces, una en cada ruta de instalación del programa, los dos acceden a la misma librería, la cual se encuentra en un directorio compartido.
Un paquete Snap cambia por completo la filosofía de los programas de Linux. En lugar de instalarse de forma modular, los Snap son similares a los instaladores de Windows. Es decir, cada paquete Snap trae consigo el programa como tal y todas las dependencias, y las instala en un mismo directorio único. Así, cada programa tendrá sus propias dependencias y nada de lo que hagamos con ellos interferirá en el funcionamiento de los demás programas o paquetes.
Podemos desinstalar los programas Snap con total tranquilidad, ya que al hacerlo solo se eliminarán los paquetes de dicho Snap, y no se modificarán las dependencias de otros programas instalados en nuestro Linux.
Inconvenientes
En la teoría, estos paquetes suponen una gran ventaja. Y es cierto. Sin embargo, su uso también tiene un inconveniente bastante serio, y es que no se optimiza ni el espacio ni los recursos del sistema. Los paquetes Snap acaban con el problema de las dependencias, pero estos son, en cambio, bastante más grandes que los programas normales. Además, su uso implica tener paquetes duplicados en el sistema, algo que, sin los Snap, nunca ha ocurrido.
Además, si dos programas utilizan una misma dependencia, al usarlos a la vez se carga el mismo paquete dos veces en la memoria, lo que supone una mala optimización de recursos.
Por último, otro inconveniente es que Canonical tiene el control sobre Snapd y los paquetes Snap. Ni los usuarios ni las distribuciones pueden añadir repositorios de software diferentes al repositorio oficial de Canonical.
Canonical rompió la única promesa que hizo sobre los Snap
A grandes rasgos, los paquetes Snap están pensados para los usuarios que no quieren complicarse, mientras que los usuarios más avanzados podrían seguir instalando programas de Linux como siempre. Estos Snap siempre iban a ser opcionales y a convivir a la vez con los gestores de paquetes convencionales, como APT. Además, Canonical prometió que nunca se iban a añadir Snap dentro de los repositorios APT. Y, por lo que parece, ha roto su promesa.
Desde hace algún tiempo, cuando se intentan actualizar los programas desde APT, concretamente si tenemos Chromium instalado, el gestor de paquetes detecta una extraña dependencia y fuerza la instalación de SNAPD, el instalador de los Snap de Canonical. Con la llegada de Ubuntu 20.04 LTS, el paquete Chromium que viene instalado, y que se ha incluido en los repositorios, viene vacío. Al intentar instalarlo desde APT se usará una puerta trasera a la tienda de aplicaciones de Ubuntu para bajar e instalar el navegador libre.
Con esto, Canonical ha hecho realizar el mayor miedo de todos los usuarios: el comienzo de la sustitución de los gestores de paquetes clásicos por SNAPD. Y, tal como se prometió en su día, los responsables de Linux Mint han tomado cartas en el asunto.
Los paquetes Snap están prohibidos en Linux Mint
Los desarrolladores de Mint no han tardado en reaccionar ante los movimientos engañosos de Canonical. Tal como prometieron hacer en su día, Linux Mint 20, y todas las versiones anteriores, no traerán ningún Snap instalado, ni tampoco incluirán el paquete Snapd para poder bajar e instalar este tipo de programas.
Los responsables de Linux Mint han tomado aún más decisiones drásticas en torno a esto. Por ello, a partir de la nueva versión Mint 20, APT prohibirá la instalación automática de Snapd. Eso sí, los usuarios que quieran hacerlo podrán instalar este gestor de paquetes manualmente.
Por último, Chromium en Linux Mint 20 será un paquete vacío, no un Snap oculto tal como ha hecho Canonical en Ubuntu. Pero en vez de obligarnos a instalar el navegador desde un Snap nos explicará por qué no viene el navegador instalado (culpando a Ubuntu) y nos indicará las instrucciones para bajarlo e instalarlo nosotros mismos.
Fuente: SoftZone https://ift.tt/2Bc3uvE Autor: Rubén Velasco