Daños causados por los programas que cambian la interfaz de Windows
Además de las habituales aplicaciones que instalamos en nuestro ordenador con Windows para llevar a cabo determinadas tareas, las hay que se encarga de la interfaz. Son muchas las funciones que Microsoft nos ofrece en su sistema operativo para personalizar el mismo. Pero al mismo tiempo podemos echar mano de ciertos programas que nos ayudarán en este tipo de tareas.
Y es que hay que tener en cuenta que poder trabajar en un entorno personalizado y adaptado a nuestras necesidades, ganamos mucho en productividad. Además, al margen de esto, muchos usuarios se encargan de cambiar la interfaz o el aspecto de su sistema operativo para trabajar más a gusto. Por otro lado, los hay que también buscan el poder disponer de un software más original y personal. De entre los elementos de este tipo que más solemos usar para personalizar Windows, tendemos a cambiar el fondo o instalar algún tema de escritorio.
Igualmente podemos cambiar el color predominante en el sistema, algunos sonidos, etc. Pero tal y como os contamos, al mismo tiempo podemos descargar e instalar una buena cantidad de aplicaciones específicas para ello. Con esto nos referimos a ciertos programas que se encargan de que podamos personalizar algunos apartados importantes de Windows. Igualmente, muchos de ellos intentan imitar elementos de versiones anteriores del sistema operativo. Por ejemplo, para que en Windows 10 podamos usar el menú inicio de Windows 7 con XP.
Sin embargo, el uso de estas soluciones software que os comentamos, no siempre es la mejor opción. De hecho, en ocasiones nos podemos encontrar con serios problemas, algo de lo que os vamos a hablar a continuación.
No podemos en recuperar la interfaz anterior
Hay que tener en cuenta en este caso nos referimos a programas desarrollados por personas externas a Microsoft, por lo que no tienen nada que ver con la firma de Redmond. Además, en ocasiones hacen importantes modificaciones en apartados tan sensibles como el menú inicio, o muchas de las aplicaciones integradas en el sistema.
Algo que se ha visto en multitud de ocasiones es que al utilizar esos programas que cambian la interfaz por defecto del sistema, si nos arrepentimos, no tenemos marcha atrás. Y es que debido a los cambios a bajo nivel que se llevan a cabo, ni los instalando la aplicación como tal vamos a lograr recuperar la interfaz original. Por tanto, nos veremos en la obligación de volver a instalar el sistema por completo, o intentar recuperar algún punto de restauración.
El cambio de aspecto daña otros apartados de Windows
Por estas mismas razones expuestas se puede dar el caso de que intentemos cambiar la interfaz de un determinado partido de Windows, y esto dañe a otros. Sirva como ejemplo que cambiamos por completo el aspecto del menú inicio, y sin que lo queramos la barra de tareas se verá seriamente perjudicada en cuanto a su funcionamiento. La razón de ello es que ambos elementos van de la mano tanto interna como externamente.
Esto es algo en lo que quizá los creadores de esta aplicación externa no han tenido en consideración, o igualmente puede afectar algo tan importante como es el Escritorio.
El sistema se puede quedar bloqueado
Y la cosa puede ir a peor, ya que como os hemos comentado estos programas en ocasiones modifican aspectos importantes e internos del sistema operativo. Con el fin de modificar la interfaz de elementos básicos, estas aplicaciones de las que os hablamos pueden afectar al funcionamiento del sistema de los de Redmond. Os contamos esto porque en ocasiones se ha visto que tras instalar soluciones software de este tipo, Windows se ha bloqueado y ha habido problemas en el arranque.
Eso no quiere decir que estas aplicaciones sean maliciosas, pero sí que en ocasiones alteran partes sensibles del sistema operativo que, sin quererlo, afectan negativamente a su funcionamiento.
Fuente: SoftZone https://ift.tt/3DAnp3a Autor: David Onieva